El pasado domingo, la imagen de Kate Middleton junto a sus tres hijos inundó las redes sociales. Lo que pretendía ser un tierno saludo por el Día de la Madre se convirtió en un torbellino de especulaciones y dudas.
Apenas unas horas después, las principales agencias de noticias retiraron la imagen de sus servidores. Los expertos no tardaron en detectar claras señales de manipulación. La alineación de la mano de la princesa de Gales y la manga del cárdigan de la princesa Beatriz no cuadraban. Un error que no pasó desapercibido.
Kate Middleton admite la edición de la imagen
Ante la controversia generada, la propia princesa de Gales tomó las riendas. A través de sus historias de Instagram, Kate Middleton reconoció haber editado la imagen, disculpándose por la «confusión» causada. «Como muchos fotógrafos aficionados, ocasionalmente experimento con la edición», explicó.
«Quiero expresar mis disculpas por cualquier confusión la fotografía familiar que compartimos ayer hayan causado», apuntó.
Sin embargo, la disculpa no ha logrado acallar los rumores. La salud de la princesa y su paradero siguen siendo un misterio. Desde su hospitalización, la Casa Real ha mantenido un silencio hermético, escudándose en la privacidad médica de Middleton.
Un silencio que contrasta con la transparencia del Rey Carlos III
Mientras la princesa se mantiene en la sombra, el Rey Carlos III ha optado por la transparencia. Tras ser diagnosticado de cáncer, el monarca compartió su experiencia con el público en un comunicado. Un gesto que buscaba «arrojar luz sobre el trabajo de las organizaciones que apoyan a los pacientes con cáncer».
Camila, la figura que sostiene la imagen de la realeza
Con el Rey y la Princesa convalecientes, la reina Camila ha tomado la batuta. Este lunes reaparecerá en el servicio del Día de la Commonwealth, representando a la familia real ante el público.
Tras estos acontecimientos, la realeza británica se tambalea. La imagen manipulada de la princesa de Kate Middleton ha abierto una caja de Pandora. Los rumores y las especulaciones crecen como la espuma, mientras la Casa Real se aferra al silencio. Un silencio que, a estas alturas, solo alimenta la desconfianza.
Con información de La Vanguardia.
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