Durante el Día Mundial de la Salud Mental con gran visibilidad y compromiso, no solo gracias a la reina Letizia por la mañana, sino también a los Duques de Sussex unas horas después. Se trasladaron a Nueva York para participar en charlas sobre la salud mental organizadas por su fundación benéfica, destacando Meghan Markle no solo por su cercanía a la causa, sino también por su elegante estilo.
Meghan ha experimentado una notable evolución en su guardarropa en los últimos tiempos. Durante su visita a Alemania el mes pasado, abandonó su imagen real y se inclinó hacia diseños minimalistas, discretos pero elegantes, siguiendo la tendencia creciente del lujo silencioso. A pesar de estos cambios, sigue siendo fiel a prendas y detalles que siempre le han gustado, como su característico «escote Meghan«.
Desde el inicio de su relación con el príncipe Harry, Meghan ha demostrado su amor por los diseños que dejan los hombros al descubierto. Esta preferencia la llevó a utilizar este tipo de prendas en eventos especiales como el Trooping The Colour y hasta en su propia boda. El auge de esta tendencia hizo que la prensa internacional denominara este corte como el «escote Meghan».
El escote Meghan y su elegante participación en Nueva York
Este distintivo corte ha viajado con Meghan desde Londres hasta Los Ángeles y ahora a Nueva York. En esta ocasión, lo incorpora de manera novedosa en un traje de chaqueta que demuestra que la elegancia y la sensualidad pueden coexistir. El conjunto consta de una blazer desestructurada que resalta los hombros y la clavícula, con bolsillos laterales y botones forrados del mismo tejido. Este blazer se combina con un pantalón a juego de tiro alto y silueta ancha.
Este atuendo lleva la firma de Altuzarra y tiene un precio de 895 dólares para la chaqueta y 1.195 dólares para los pantalones. Meghan lo completa con salones clásicos de Aquazzura en tono nude (650 euros) y joyas especiales, como sus pendientes de Sarah Hendler, diseñados exclusivamente para ella en oro, zafiro y esmeraldas, junto con un choker de Logon Hollowell en oro blanco decorado con una esmeralda.
El «escote Meghan» se convirtió en un icono durante la boda de los Duques de Sussex en el Castillo de Windsor en mayo de 2018. Meghan eligió un impecable vestido blanco de Givenchy que destacaba por su corte minimalista y por dejar sus clavículas al descubierto. Aunque en esa ocasión el diseño era más discreto y mostraba menos piel debido a la naturaleza religiosa del evento, consolidó su seña de identidad.
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