Cuando dicen: “El cielo es el límite”, hay quienes se lo toman de forma literal. Ese es el caso de la reputada chef Angélique Schmeinck, quien impulsó un emprendimiento que supera todas las barreras de lo común, el primer restaurante que surca el cielo, el CuliAir Skydining, presentando una de las experiencias culinarias más extraordinarias y poco ortodoxas del mundo.
En este restaurante es posible comer mientras surcas los cielos de Países Bajos. Durante hora y media de viaje, los comensales disfrutan de platillos exclusivos preparados al minuto, lo que asegura una calidad y sabor del más alto nivel durante todo el recorrido a 400 metros de altura.
Angélique Schmeinck es una de las dos únicas chef maestras holandesas. En su haber, cuenta con más de 25 años de experiencia en restaurantes, además de varios libros de cocina publicados. Su sueño era crear un modelo de negocios de alta cocina en las alturas, una idea que imaginó en el año 2003 y pudo hacer realidad en con este restaurante único.
CuliAir Skydining, el primer restaurante en el cielo
El programa completo de CuliAir Skydining en el cielo toma alrededor de 4 o 5 horas mientras se realizan los preparativos para el despegue. Si bien la experiencia completa no se vive en el aire, la duración del trayecto en globo aerostático es más alta que el promedio de viajes.
Mientras esperan, los visitantes disfrutan de algunas entradas y aperitivos en el suelo, y cuando la comida ya está en la canasta y el globo ya se encuentra en el aire, es el momento de comenzar la magia de esta aventura inolvidable por encima de las nubes.
Ya en el cielo, la cena se sirve de forma fluida junto al mejor vino; a la par que se pueden observar el colorido y ondulado paisaje de Holanda. Cuando la hora de aterrizar llega, en la pista está esperando una botella de champán y el postre festivo para cerrar la velada con broche de oro.
La experiencia es ideal para compartirla de forma individual o grupal, incluso se puede alquilar para fines privados o negocios. El globo está construido para acoger de 5 a 10 personas.
Cocina a las alturas
¿Se puede cocinar en un globo? Por increíble que parezca, la respuesta es sí. El globo funciona como un enorme horno de convección. En su interior, con un volumen de 10.000 metros cúbicos y una altura de 50 metros, se pueden encontrar temperaturas que alcanzan hasta los 100° Celsius; esto significa que, en términos de cocina, la comida puede prepararse a temperaturas “bajas”, lo que permite desarrollar el aroma y conservar los jugos de los platos de pescado y carne.
Los platillos suben a la corona de la envoltura del globo y, en cestas de acero especiales, se coaccionan hasta alcanzar su punto ideal. La temperatura del horno se mide a través de sensores para que la chef pueda bajarlos a tiempo, y cuando llega el momento, los baja para darle los toques finales, realizando una técnica de sellado en vivo y complementando con verduras crujientes y la salsa.
Platillos y recetas
En el cielo, Angélique trabaja su sorprendente estilo de cocina con alimentos frescos de la temporada, por lo que presenta una variada cantidad de platos. Sin embargo, en su página oficial, CuliAir Skydining asegura poder adaptarse a cualquier petición especial o particular de sus huéspedes.
Salsa de melón, alcaparras secas, langosta escocesa, crema de zanahoria con almejas, hinojo y estragón, pollo con champiñones, lubinas con espárragos son solo algunas de las especialidades que maneja este restaurante celeste.
Para la selección de postres, los comensales pueden probar un delicioso mousse de chocolate y fruta de la pasión con merengue, frambuesa y sirope de albahaca.
Si deseas vivir esta cena exclusiva, CuliAir Skydining está disponible todo el año en Países Bajos, aunque dependerá de las condiciones climáticas. La mejor época es desde mayo a septiembre, donde podrás disfrutar de esta experiencia por unos 435 euros por comensal.
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