En el trabajo, una meta que muchos buscan es lograr ser más productivos. Con este objetivo en mente, se han desarrollado diferentes técnicas para gestionar mejor el tiempo de trabajo y estudio, algunos más conocidos que otros, como el popular método Pomodoro, sin embargo, un nuevo recurso ha nacido en la actualidad, se trata de la “técnica flowtime”, y no para de ganar adeptos, a continuación, te contaremos por qué.
En los años 80, Francesco Cirillo realizó el estudio que comprobó la efectividad del método Pomodoro, una herramienta que busca fraccionar el tiempo de estudio en espacios cortos de tiempo, pero de alta intensidad, seguidos de pequeños descansos. Luego de cuatro intervalos, el siguiente descanso será de mayor duración. La idea es no saturarse para conseguir el máximo rendimiento al continuar la tarea.
Con este método podrás alcanzar mejores resultados, además de aprender a organizar mejor el tiempo y establecer prioridades. No obstante, en los últimos tiempos, esta forma de trabajo se ha reinterpretado, a fin de conseguir los mismos resultados sin tener que seguir reglas tan estrictas; esta es la base del ‘Flowtime’
¿Qué es el Flowtime?
Mientras el método Pomodoro divide los lapsos de tiempo en 25 minutos de trabajo y cinco de receso, sumado a los 15 a 30 minutos adicionales de descanso prolongado, la técnica flowtime pide que, en lugar de fijar unas cifras fijas que cumplir, te escuches a ti misma para establecer tu propio ritmo único.
En esencia, utiliza la misma repartición de intervalos de trabajo, pero funciona mejor en sujetos que desean ser más productivos sin tener que cortar o limitar sus jornadas, brindándole más minutos a cada actividad y pausa en caso de ser necesarios.
Un punto importante es anotar los momentos en los que comienzas los descansos, para que puedas tener una guía sobre que tan bien optimizas el tiempo y cuanto te toma realizar determinada faena. Esto ayuda al momento de repetir el ciclo cuando quieres conseguir mejores resultados.
Otro beneficio es que, al ser un sistema personalizado adaptado a ti mismo, no tienes que verlo como una obligación, si no como una herramienta que puedes utilizar porque sabes que va a funcionar.
Gracias a su concepto ‘flow’, podrás aprovechar tu máximo estado de concentración sin paralizarlo y sin miedo a no volver a recuperarlo luego. Para introducirlo a tu vida, puedes fácilmente comenzar con tareas sencillas, y una vez tengas el dominio necesario, integrar poco a poco labores más complejas y que requieren más tiempo.
Sin un temporizador ¡ya no hay nada que limite tu creatividad, si no un indicador que marca tus momentos de mayor enfoque y concentración! Te animarías a intentar el método Flowtime.
