Gracias a las nuevas tecnologías, el primer túnel para barcos del mundo a gran escala navega a toda máquina, una construcción que representa todo un reto en materia de ingeniería, diseño y tecnologías constructivas pero que, a su vez, eliminará una barrera importante para el tráfico de barcos en una de las aguas más exigentes para la navegación.
Este proyecto de infraestructura, tiene un coste estipulado de 3,45 mil millones de coronas noruegas (NOK), que equivalen a unos 340 millones de dólares estadounidenses, y atravesará 1.700 metros de largo (2.200 metros incluyendo las zonas de acceso) de una montaña en la península de Stady, en el oeste de Noruega, conectando la bahía de Kjødepollen y el fiordo Vanylvsfjorden, proporcionando de esta forma un paso seguro a través del mar de Stadhavet, considerado como la extensión marítima más expuesta y traicionera de la costa noruega.
Paso seguro a través del mar
El mar de Stadhavet es una zona costera azotada por fuertes vientos, presenta un clima tormentoso unos 100 días al año y es un área donde se encuentran las aguas del mar del Norte y el mar de Noruega, lo que compone un escenario complicado imprevisible y peligroso para la navegación, lo que conduce a que algunos barcos tengan que esperar días hasta que las condiciones mejoren para poder navegar por allí.
Tras numerosos análisis, durante la construcción se plantearon soluciones, tecnologías y alternativas que, si bien no estaban previstas en su fase original, servirían para mejorar este proyecto, una de ellas, surgida del intercambio entre los sectores público y privado, consiste en utilizar los escombros de roca que producirá las voladuras para construir el túnel, en muelles, rompeolas, malecones, puertos, ampliación de fábricas y más en el área geográfica inmediata, en vez de arrojarlos al fondo del mar.
El primer túnel navegable para barcos
Las dimensiones de estos escombros serán enormes, ya que en total se eliminarán unos 3 millones de metros cúbicos de montaña sólida, lo que equivale a 5,4 millones de metros cúbicos de masas de piedra voladas, y a unos 750.000 camiones cargados, de acuerdo a Kystverket.
La demanda de las piedra servirá para las futuras obras y numerosos proyectos en los municipios cercanos al túnel, como una zona comercial y recreativa completamente nueva, con hotel y parque acuático, en Måløy, para la que se necesitan 326.000 metros cúbicos de piedra.
“Nunca antes se había construido un túnel para barcos de este tipo. Aunque en Noruega somos buenos operando túneles, esta vía subterránea navegable tendrá unas dimensiones y se construirá en un entorno, que son completamente diferentes a los que estamos acostumbrados”, explica Skjeppestad.
Por ejemplo “su equipamiento técnico debe poder resistir el agua de mar, la corrosión y la niebla, unas condiciones totalmente diferentes a las de un túnel de carretera normal”, afirma Skjeppestad.
(EFE/Ricardo Segura)
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