A la edad de 102 años, Iris Apfel, empresaria de moda y símbolo de estilo sin igual, nos deja. Su vida fue un tapiz vibrante de colores, texturas y una audacia que redefinió el concepto de estilo personal.
Más que una figura en el mundo de la moda; era una fuerza de la naturaleza. Con sus lentes de gran tamaño y una paleta de colores que desafiaba cualquier convención. Su legado es un testimonio de individualidad, mostrando al mundo que el verdadero estilo surge de la autenticidad y una pizca de irreverencia.
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Una estrella inesperada
Iris Apfel, nació en Nueva York en 1921, su interés en el arte y la moda se nutrió desde una edad temprana, influenciada significativamente por su familia.
Apfel estudió historia del arte en la Universidad de Nueva York y continuó su educación en la Universidad de Wisconsin, donde amplió su conocimiento y pasión.
Su carrera profesional tomó vuelo en proyectos de diseño de interiores para figuras de la aristocracia y hoteles de prestigio, lo que le permitió dejar su huella en el mundo antes de aventurarse en su propio emprendimiento.
En 1948, Iris contrajo matrimonio con Carl Apfel, y juntos lanzaron “Old World Weavers” dos años después, se trató de una empresa dedicada a la fabricación de textiles de lujo que se destacó por su calidad y exclusividad.
También, fue conocida como “La primera dama de la tela” por las restauraciones exclusivas que realizó para la Casa Blanca durante las administraciones de nueve presidentes de los Estados Unidos: Truman, Eisenhower, Nixon, Kennedy, Johnson, Carter, Reagan y Clinton.
Su trayectoria profesional tomó un giro inesperado con la exposición «Rara Avis» del Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Arte en 2005. Esta muestra, que destacó 40 piezas de su colección personal y marcó el inicio de su ascenso como figura pública.
“El verdadero placer de la moda proviene de usar exactamente lo que quieres para que, cuando te mires en el espejo, te veas a ti y no a otra persona. ¡Puedes ser refinado, excéntrico, original y un poco salvaje, todo al mismo tiempo!”
Legado invaluable
Desde posar para revistas reconocidas hasta ser inmortalizada como una Barbie de cabellos plateados, Apfel rompió moldes hasta los últimos días de su centenaria vida. Su fallecimiento marca el fin de una era pero también el comienzo de un legado eterno.
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Iris Apfel no solo nos enseñó a vestirnos, sino a vivir con valentía, autenticidad y una inquebrantable fe en el poder de la individualidad. Su vida es un recordatorio vibrante de que la moda es, y siempre será, una forma de arte personal e intransferible.
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